domingo, 20 de marzo de 2011

LAMA ANAGARIKA GOVINDA


Carlos Mora Vanegas
 Se ha escrito que el Lama Govinda ha constituido un vínculo importante entre Oriente y Occidente. Es el fundador del movimiento budista Arya Maitreya Mándala y escribió varios libros, los cuales han sido publicados en alemán, inglés, francés, portugués sueco, holandés y japonés. Estos han alcanzado a millones de lectores. El Camino de las Nubes Blancas es su obra más conocida.
En 1928 se trasladó a Ceilán (Sri Lanka), donde estudió bajo el monje alemán Nyanatiloka Thera..Govinda en 1931 asistió a una conferencia budista en Darjeeling, con la intención de afirmar la pureza de la tradición Theravadin contra el Mahayana, que en su opinión, había degenerado en "un sistema de demostración de  extraño culto y creencias". Experimentó que el viaje fue para cambiar su vida. . Allí conoció a su gurú tibetano, Tomo Gueshe Rinpoche, y se inició en la secta Gelug-pa. . Pasó los próximos treinta años en el norte de la India, principalmente en y alrededor de la colina de la estación de la ciudad de Almora.
Govinda hizo varias visitas al Tíbet, sobre todo en los primeros años 1930, seguido de nuevo después de la guerra de 1948-49, y se inició en el Karg-yu-ma Nying y linajes. Fue      introducido como un ciudadano alemán por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial, y tras su liberación, en 1947 se casó  con la británica Li Gotami.
Govinda en 1933 fundó la Orden de la Arya Maitreya Mandala, dedicada a la preservación y difusión del patrimonio religioso tibetano, y por los años cincuenta había acumulado un pequeño círculo de los occidentales "discípulos
Govinda manifestaba: Cuanto más veamos el budismo como un movimiento hacia una conciencia cada vez más plena de nuestro verdadero ser y lugar en el mundo, más nos acercaremos a la actitud primera del Buda, que no exhortó a las gentes a aceptar sus palabras como si fueran una verdad revelada sino que simplemente dijo: "¡Venid y ved!". Ver, no obstante, significa más que la mera aceptación intelectual sobre la base de un raciocinio igualmente intelectual -significa experiencia individual, a través de la cual el conocimiento se convierte en parte viva de nuestro propio ser, es decir, en sabiduría genuina.
El Buda insistió en que su doctrina no se debía aceptar sólo en virtud de la fe ciega sino después de una investigación apropiada en la que la razón y la experiencia desempeñaban el mismo papel. Que este equilibrio no siempre se mantuvo en épocas posteriores queda ilustrado por el hecho de que, cuando la razón se impuso a la experiencia, degeneró en una escolástica seca, y cuando la experiencia se divorció de la razón, dio pie a interpretaciones incorrectas y superstición. Aunque la razón no es el juez último de la realidad, ni la lógica el único medio de acercarnos a la verdad, sin embargo, en tanto vivamos en el reino de las percepciones sensoriales y el pensamiento conceptual, debemos hacer uso de esas facultades como herramientas necesarias en nuestro intento de profundizar en la comprensión del mundo en que vivimos y de nuestra posición en él. Dado que nuestra conciencia y nuestras facultades de pensar y reflexionar -que caracterizan y diferencian al ser humano de todas las formas inferiores de vida- han evolucionado a partir de la matriz universal, debemos concluir que las leyes que gobiernan estas facultades deben reflejar en algún grado y ajustarse a las leyes del universo -una conclusión que parece confirmarse por la capacidad de la mente humana para formular leyes que predicen correctamente los movimientos de los cuerpos celestes, la reacción de los elementos químicos o el comportamiento de protones y electrones en compuestos nucleares sobre la base de principios matemáticos puros. En otras palabras: aunque la realidad va más allá de la razón humana, no tiene por qué contradecirla necesariamente.
   Se dice que Fundamentos de la Mística Tibetana es uno de esos valiosos libros escrito por Lama Anagarika Govinda y que se convirtió en la primera gran conexión entre occidente y la espiritualidad budista haciendo accesibles al mundo entero los tesoros espirituales conservados en el Tibet durante más de un milenio.
Advierte el libro,  que la humanidad ha llegado a la encrucijada misma de sus más graves decisiones y que ante ella se encuentran dos caminos: el que conduce al poder por el dominio de las fuerzas naturales, camino de la esclavitud o autodestrucción y otro camino que puede conducir a la Iluminación, el Bodhisattva - marga que lleva a la libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario